En la colección del Museo de Arte Carrillo Gil (MACG) hay 164 obras de José Clemente Orozco. Para este museo, estas obras son trascendentes por varias razones: A partir de la adquisición de un dibujo de Orozco, Carrillo Gil comenzó su interés en el arte; su pasión por el trabajo de este maestro moderno lo llevó a editar un catálogo en 1949, año del deceso del artista, con un segundo tomo publicado cuatro años después y que da cuenta de la casi totalidad de su obra, en lo que se puede entender como el primer intento de hacer su catálogo razonado y, finalmente, desde su apertura en 1974, el MACG ha realizado, entre 1999 y 2004, cuatro grandes exposiciones monográficas sobre José Clemente Orozco.
En esta ocasión, el Museo de Arte Carrillo Gil invitó al diseñador industrial y artista Carlos Aguirre (Acapulco, 1948) a realizar una revisión crítica de José Clemente Orozco. Aguirre abordó esta revisión a la vez como artista y curador, un gesto que parecería ilustrar la controvertida tesis del filósofo ruso Boris Groys sobre estos roles. Este autor los concibe desde una práctica común, donde ya no se puede pensar en la autonomía autoral de cada uno, puesto que ambos están involucrados “en una práctica colaborativa, colectiva, institucionalizada, productiva”.
Es lógico que este artista concibiera esta exposición desde una estrategia colaborativa. Aguirre suele trabajar de esta manera desde 1979, cuando ingresa en “Proceso Pentágono”, uno de los célebres grupos que en México validaron el trabajo artístico en colectivo. En este ejercicio curatorial, su interpretación incorporó a otros “actores”, quienes opinaron sobre aspectos relevantes en la obra de Orozco como su visión de la mujer y lo femenino, la Revolución mexicana, la arquitectura o sobre asuntos relacionados con su vida y su proyección artística y política. De esta manera, la exposición se alza como un simposio donde la argumentación de los exponentes no solo se apoya en el discurso literario sino también visual.
Para esto, Carlos Aguirre diseñó y concibió una serie de dispositivos museográficos e instalaciones que dialogan con su personal selección de 66 dibujos, grabados y pinturas de José Clemente Orozco, o bien se instituyen como un marco contextual para las opiniones –tanto visuales como orales- de sus colaboradores. Este sistema operativo demuestra las “prácticas personales de selección” de Carlos Aguirre, como señala igualmente Groys: “Esas instalaciones, sin embargo, no han sido otra cosa que exposiciones curadas por artistas en las que pueden ser —y son— presentados objetos realizados por otros, así como objetos realizados por el artista. […] En resumen, una vez que se estableció la identificación entre creación y selección, el papel del artista y el del curador también se volvieron idénticos.”
Notas contra notas. Una exposición en torno a José Clemente Orozco no pretende ser estudio exhaustivo sobre este artista. Su objetivo es generar un conjunto de correspondencias entre la obra de un creador contemporáneo y una de las figuras capitales de la modernidad artística mexicana, desde unas lecturas subjetivas en torno a temas y aspectos técnicos presentes en la obra de José Clemente Orozco.
Curadores: Carlos Aguirre y Carlos Palacios