Entre 1964 y 1999 las hermanas María Teresa, Ana María y Montserrat Pecanins promovieron desde la galería que llevaba como nombre su apellido paterno, una programación que incluyó obras gráficas de artistas latinoamericanos. En sus periódicas sedes de las calles Florencia y Hamburgo de la colonia Juárez, la calle Durango de la colonia Roma (en la Ciudad de México) y en el Barrio Gótico de Barcelona durante mediados de los setenta, la Galería Pecanins impulsó el coleccionismo tanto de artistas mexicanos como de otros países del continente ligados a la abstracción geométrica: lenguaje que define uno de los importantes cánones del arte latinoamericano.
Desde 1965 cuando organizaron una muestra con creadores mexicanos y de Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico, Ecuador o Argentina, la Galería Pecanins estuvo abierta a los artistas latinoamericanos y marcó la línea expositiva de “Las Pecas” —como se les conoció en el mundo del arte—. Esto las diferenció de otras galerías que apoyaron principalmente a artistas locales, con énfasis en los pintores de la llamada Ruptura, como el caso de la galerías Proteo o Juan Martín entre otras, o de la Galería de Arte Mexicano, difusora de las figuras de la Escuela Mexicana de Pintura.
Es destacable cómo las Pecanins ayudaron a introducir la abstracción geométrica latinoamericana en el mercado del arte mexicano. Los artistas de esta tendencia al sur de México convivían con los de la misma corriente dentro del país, con una fuerte presencia de creadores ligados al informalismo catalán, haciendo de la Galería Pecanins uno de los espacios cosmopolitas del arte en México durante los años en los que se mantuvo activa.
Esta muestra da cuenta de la fortaleza de las artes gráficas latinoamericanas y de cómo la abstracción se apoyó para su difusión a nivel continental en el papel y sus técnicas de impresión. Gracias a esto, la Galería Pecanins sumó a su catálogo artistas claves en la historia del arte latinoamericano como son los venezolanos Alejandro Otero y Mercedes Pardo, el colombiano Omar Rayo, los argentinos Marcelo Bonevardi y Antonio Seguí o el guatemalteco Rodolfo Abularach. Su presencia en esta exposición, junto a Helen Escobedo, Myra Landau, Manuel Felguérez, Sebastián, Fernando García Ponce, Vicente Rojo y Gelsen Gas, da cuenta de la trascendencia del acervo de las hermanas Pecanins y de cómo ayudaron a valorar desde sus galerías, en la Ciudad de México y Barcelona, la original riqueza de la abstracción geométrica latinoamericana.