¿Cómo es que la exposición enfrenta al espacio que habita? Esta sería una de las preguntas centrales que plantea Griot, la verdad o los dispositivos de exposición.
Ejercicio audiovisual que ocupa cuatro ejes de exploración -dialéctica, producción, denkraum (espacio para el pensamiento) y ensayo- frente a los procesos contemporáneos de significación. Existe un proceso inagotable de generación de nuevas verdades, cargadas de falsedad y especulación, que abren el diálogo con la obra y las múltiples interpretaciones de la misma, frente a la institucionalización de La Verdad. En el espacio museográfico, ocurre algo similar.
Desde el surgimiento de los gabinetes de curiosidades, antecesores directos del museo moderno; productos y artefactos hechos por manos humanas se colocan en vitrinas y se montan en muros para canjear su valor y significado: existe la posibilidad de que pierdan su carga simbólica, su valor utilitario, su función vital, y que entonces adquieran valor de antigüedad, de muestra de la memoria estéril, de objeto encerrado por el lugar que lo constriñe. El museo, espacio institucional, nombra y define a la imagen desde el lenguaje y no desde lo que la imagen misma ofrece.
La exposición, vista según Didi-Huberman, en tanto máquina de guerra (Deleuze-Guattari), genera diálogos entre la imagen y el museo. Una exposición puede quebrar la cerrazón del museo a través del montaje. El constante engranaje de imágenes con múltiples relaciones establece una ausencia de final, torna ilimitado el proceso de lectura de la exposición, más allá de los modelos preestablecidos por la institución cultural.
Las verdades las construyen máquinas de guerra, no el comando de lo institucional. En este caso, el ejercicio curatorial planteado en este gabinete toma el discurso audiovisual para preguntar acerca de los quiebres que la exposición realiza sobre el espacio museístico utilizando un determinado tipo de dispositivo de exposición: el Griot. Un Griot es un narrador de historias de África Occidental que cuenta la historia como lo haría un poeta, un cantante de alabanzas o un músico ambulante.
El Gabinete de Audio y Video del Museo de Arte Carrillo Gil presenta un ejercicio curatorial gestado por Luís Ramírez, Gilberto Pérez, Arqueles Estrada y Ana Belen Paizanni, miembros de las áreas de Curaduría, Biblioteca y Servicios Educativos del Museo de Arte Carrillo Gil. El material ocupado para la realización de este material proviene en su totalidad de la Biblioteca, Videoteca y Centro de Documentación del MACG.
Texto: Arqueles Estrada
Curador: Guillermo Santamarina