Piso 2:
22 de marzo – 15 de junio
Piso 3:
22 de marzo – 6 de julio
Durante los primeros años de su fundación en 1974, el Museo de Arte Carrillo Gil se dedicó a mostrar su colección de arte moderno. Fue hasta 1977 que inició el programa de exposiciones temporales el cual, si bien había sido concebido desde su fundación, se convirtió en una realidad bajo la gestión de Miriam Molina, primera directora del MACG. Desde ese momento, el museo se propuso dar cabida a los nuevos lenguajes del arte, experimentales y radicales, acorde con el espíritu que impulsó al Dr. Alvar Carrillo Gil a coleccionar obras de su tiempo.
Esta muestra hace un primer recuento de las exposiciones, programas y momentos emblemáticos que han tenido lugar en este recinto y cuyo rastro se encuentra en materiales de archivo. Asimismo, integra una selección de obras de arte que responden a la investigación realizada desde el Centro de Documentación en torno al registro de las exposiciones tomando como fuente los materiales que las diferentes áreas del museo han ido reuniendo desde 2009. La memoria de las exposiciones se piensa como un proceso a través del cual rememoramos y reconstruimos una historia, un ejercicio siempre incompleto, fragmentario y conformado por recuerdos y testimonios materiales como fotografías, documentos y obras de arte. En esta reconstrucción de la historia del MACG es visible la forma en la que cada gestión dio continuidad a la doble vocación que lo identifica, orientada hacia la exhibición e investigación del arte moderno y contemporáneo y mostrando una singular apertura a proyectos que respondieron a momentos específicos del devenir artístico. Cada equipo de trabajo contribuyó a la consolidación del lugar que hoy ocupa el museo en la escena artística y que dialoga con las diversas audiencias que ha ido configurando a lo largo de sus 50 años de existencia.
Para muchas generaciones el museo ha sido un espacio de libertad creativa en el que se mostraron por primera vez prácticas artísticas como arte correo, arte textil, libros de artista, fotoperiodismo, fotografía experimental, diseño gráfico, videoarte, performance, net art, diseño de moda, así como colecciones particulares de arte joven en diálogo con el acervo de Alvar Carrillo Gil y Carmen Tejero, sin dejar fuera de la programación a disciplinas como la pintura y la escultura. También se realizaron obras exprofeso cuya trascendencia sigue influyendo en las prácticas de artistas en formación, contribuyendo con una labor fundamental que ha caracterizado al Museo Carrillo Gil a lo largo de su historia: la formación y profesionalización de nuevas generaciones de artistas, curadorxs y agentes culturales.
Curaduría: Lorena Botello